Mis historias

23 febrero, 2013

No debía tener miedo.

"Eché a correr sin tener un porqué. No sabía que me estaba pasando. Algo en mi mente se había accionado y me decía que debía escapar, pero no de lo qué... Y así lo hice, corría y corría.  Sin pensar en nada ni nadie. Sin mirar atrás. Sin detenerme un instante. Tenía miedo. Era eso lo que me hizo tener fuerza, o eso creía...
Hasta que entonces llegué a un lugar que nunca antes había visto, un lugar que no conocía de nada. Un lugar desierto. Con una enorme fuente, que ya no echaba agua. Con miles de árboles alrededor.
Me paré. Mi corazón latía tan rápido que necesitaba descansar. Me senté en un banco. Y de repente noté como alguien posaba su mano en mi hombro. -Hijo, ¿qué haces aquí?- Dijo una voz, que me resultaba familiar. Pero que no podía ser verdad. No podía ser mi padre, él había muerto, cuando yo apenas tenía 3 años.
Algo en mi cerebro empezó a darle sentido a lo que estaba pasando... Ese lugar no era más que mi subconsciente, yo ya no estaba vivo. Aquel lugar era donde mi padre había muerto, aquel lugar era el parque a donde me llevaban de pequeño. Aquel lugar era el sitio de reencuentro con mi padre, para terminar con mi vida. Por eso corría, corría a junto de él. Para dejar de existir en el mundo de personas. Nunca debí tener miedo, por tenerlo corrí al lugar equivocado, por tenerlo perdí mi vida. Por tener miedo ya no podré luchar por mis sueños."

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