Mis historias

20 mayo, 2013

Mi vida se consumió.

"De tanto quererte, de tanto ocultarlo, de tanto disimular, me comencé a destrozar. Ya no sabía cómo sonreír, si lo hacía bien o malo. Ya no sabía si esto tenía sentido. Ya no sabía quién era. Me miraba al espejo, y no me gustaba nada. Todo se convertía en una obsesión. Me tiraba en cama, cerraba los ojos y el único que estaba ahí eras tú, en medio de la oscuridad, intentando hacerme sonreír, pero no. Yo destrozaba cada pensamiento con una lágrima en mis ojos, yo destrozaba mi vida intentando no quererte. Quería frenar ese sentimiento que había nacido, no quería seguir sufriendo, pero era imposible. Cada vez que te sentía a mi lado, mi sonrisa no era fingida. Mi felicidad aumentaba, aún sabiendo que todo era mentira, aún sabiendo que todo saldría mal, aún sabiendo que no podía gritarle al mundo lo que sentía.
No podía más. Vivía en un mundo lleno de problemas, o quizás yo era el problema. Nunca lo llegaría entender, lo que quería era ser feliz, y tú conmigo, sin tener que ocultar nada, sin tener que mentir. Pero no era así. Noche tras noche, mi mente me hacía pensar en lo más negativo, noche tras noche no dejaba de pensarte, de llorar. Noche tras noche, hasta el día en el que entendí que todo era un juego, un juego en el que cuando te cansases, borrarías la partida y empezarías con otra. Fue entonces cuando decidí buscar el <<Game Over>> de nuestro juego y así llegar al final a tiempo.
Eso hice. Aunque no solo era un juego, era una vida, y era mi vida. Decidí terminar conmigo, apagar los sentimientos, callar los pensamientos, parar mi corazón. Decidí ver como la sangre recorría mi brazo con ese corte. Decidí morir para no seguir así."

No hay comentarios:

Publicar un comentario