Siempre la misma mierda, siempre el mismo reflejo en el espejo.
"Día tras día me miraba peor, a la hora de salir de cama, de ir al baño y verme allí, reflejada en ese jodido espejo... Comenzaba a darme asco, odiaba mi cuerpo, mi cara. Odiaba ese reflejo que veía ahí...
Me decían que estaba bien, que no necesitaba retocarlo, que no necesitaba kilos de más ni de menos. Pero yo no me veía así, ellos no estaban en mi cuerpo. Pero tenían razón, ellos eran los que realmente me veían como era.
Yo simplemente veía espejismos que mi mente creaba. Me veía como yo no era.
Los días pasaban. Quería cambiar, quería estar mejor, quería verme mejor. Comencé a dejar de comer. Comencé con el ejercicio. Pero aún así, no veía cambios en mí. Cada vez me seguía viendo peor.
Todos decían que seguía bien, que comiese, que dejase de jugar con mi salud.
Estaba absorta en mi mundo. No salía, me evadía. No quería saber de nada. Sólo quería verme bien.
Un día, no tenía fuerza para moverme de cama. Un día todo se me oscureció. Me mareé. El aire dejaba de llegar a mis pulmones. Entonces, me vi a mí misma, delante mía. Ahí tirada. Sin poder moverme. Delgada, más delgada que nunca. Pálida.
Allí me vi. Muerta."
No hay comentarios:
Publicar un comentario