Mis historias

02 marzo, 2013

Una lágrima con vida.


"Ahora era yo la que quería escapar de esto. La que quería seguir luchando... Pero ya no sabía cómo luchar. Creo que estaba perdida.
Podía escuchar como los médicos se aceleraban por salvarme. Escuchaba a mi madre llorar, y pedir ayuda. Y mis amigas que también estaban allí... Hubo un médico que dijo - Lo que necesita su hija es el apoyo de la persona más importante para ella, ¿está aquí esa persona? - Y le respondieron - No, aquí falta su hermano...- 
En un instante dejé de escuchar nada, dejé de sentir nada. Supe que había muerto, que ya no podía salir de esta, o eso parecía. Mi abuelo me había abrazado tan fuerte, dándome su calor, dándome vida en ese nuevo mundo.
Se había acabado todo. Mi corazón había dejado de latir. Ya no podría terminar lo empezado en aquellas pesadillas. Ya no podría volver a abrazar a mis amigas, volver a ver sus sonrisas. No podría discutir con mi madre, para acabar solucionándolo. Pero lo peor, ya no podría pelear con mi hermano, picarle, hacerle sonreír, abrazarle... No podía quererle más. Lo había perdido absolutamente todo, sólo me quedaba mi abuelo...
Hasta que de repente noté como alguien demasiado importante me apretaba la mano, y como sus lágrimas se derramaban en ella... Fue en ese instante cuando mi abuelo me soltó, despacio, acariciándome la mejilla y susurrándome - Tranquila, pequeña. Ahora tendrás la fuerza de terminar con todo. - Tras esas palabras me besó la frente. Le sonreí. Y mi corazón comenzó a latir.
Sí, era mi hermano. Él estaba allí, apretándome la mano con su fuerza, llorando al pensar que me perdía.
Sus lágrimas me habían hecho volver a la vida, o eso me parecía. Porque a pesar de todo, yo seguía en coma. Y el seguía llorando, esperando un abrazo, esperando verme con los ojos abiertos."

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