"Era más de medianoche, estaba metida en mi cama, con los cascos puestos, escuchando música, como de costumbre. Decidí desconectar todo y ponerme a dormir, ya que no me encontraba nada bien, me dolía el corazón. Y lo que necesitaba era descansar, pero de repente comencé a escuchar ruidos que me hacían estremecer... No sabía qué hacer, si quedarme allí, metida en mi cama o salir de ella y ver qué estaba pasando. Me atreví, lentamente salí de mi cama, y abrí la puerta de mi habitación. No había nadie, nada. O eso pensaba.
Fui hasta la cocina, bebí un vaso de leche fría para tranquilizarme.
Y entonces de repente noté una sombra, alguien encendiera la luz de mi habitación. ¿Cómo era posible eso?
Un escalofrío se apoderó de mí. Casi tiro el vaso de leche.
Me fui a la habitación, sin buscarle lógica a nada. Me metí en cama, olvidándome de cerrar la puerta. Cuando me iba a levantar para cerrarla, se cerró de un golpe. ¿Qué había allí?
Me quedé de piedra, viendo como se había cerrado delante de mis ojos. De nuevo noté una sombra, noté como si alguien respirase detrás de mí notando su aliento en mi cuello. Notando como si alguien me empezase a acariciar la espalda.
Fue ahí cuando de nuevo el corazón se me aceleró, notaba pinchazos. Comenzaba a tener miedo.
- Es hora de que se te acabe todo tu dolor interno.-
Eso me destrozó el alma. Me caí al suelo. Y entonces no supe qué me había pasado. ¿Había muerto?"
No hay comentarios:
Publicar un comentario