"Y allí estaba yo, observando la luna. Tirada en la hierba. Contando las estrellas. Sola.
Una pequeña brisa me rozaba la piel, provocándome más de un escalofrío.
A veces notaba como si alguien me observase, como si alguien estuviese acercándose a mí, sigilosamente, pero no tenía miedo. Me incorporé, me senté y comencé a ver si alguien más estaba allí, pero no. Estaba completamente sola, en medio de un campo que sólo yo conocía, o eso creía...
Sin más contemplaciones seguí observando la luna, perdiéndome en su contorno, dejándome llevar, olvidando mis problemas, olvidando a quien me hacía daño, olvidando a quien ya no debía estar en mi mente.
Y entonces, alguien me abrazó por detrás, muy fuerte, tanto que pensé que perdía el conocimiento. Tanto, que cerré los ojos y noté al mismo tiempo como me hacía fuerte.
No pude girarme, no pude saber quién era. Me seguía abrazando, y luego me besó.
El corazón se me había disparado. La luna seguía allí, ya no sabía si era la luna quien me veía o si éramos nosotros quien la mirábamos. Ya no sabía nada. Sólo sabía que poco a poco me desvanecía en sus brazos. Sin saber quién era, sin saber qué hacía allí. Sin saber nada.
La luna fue quien cerró esta historia."
No hay comentarios:
Publicar un comentario